lunes, 16 de diciembre de 2013

Luna, la vaca sin lunares

           


 Luna no  era una vaca como las demás. Desde siempre había demostrado ser una vaca especial y, cuando a las demás comenzaron a salirles las manchas ella seguía tan blanca como siempre y eso la preocupaba mucho.
                Las demás vacas le decían que no se preocupara, que ya le saldrían, pero ella cada día estaba más preocupada, no quería ser diferente, quería ser como las demás y tener esos lunares negros tan bonitos.
                Un día, el perro de la granja vio que Luna estaba muy triste y se le ocurrió una idea; la llevó a un charco de barro que había causado la lluvia, se manchó las patas con barro y comenzó a pintar manchas de barro por el cuerpo de la vaca.
                Cuando el perro terminó, Luna fue a verse reflejada en el agua y quedó maravillada, ¡al fin tenía manchas! Fue muy contenta a mostrárselas a las otras vacas y, cuando el granjero la vio así la llevó junto a la manguera.
                La pobre vaca lloraba de tristeza mientras el granjero la bañaba, pues veía cómo sus manchas iban desvaneciéndose y volvía a ser una vaca completamente blanca.
                Pero algo sucedió, cuando el granjero estaba acabando comenzó a frotar con fuerza una mancha que no se iba y, tras varios intentos se dio cuenta de que era la primera mancha de Luna, ¡al fin sería como las demás!
                Se fue corriendo junto a ellas a mostrarles su mancha y todas exclamaban muy contentas pero le dijeron que, a pesar de todo, era muy especial con manchas o sin ellas.

                Entonces Luna comprendió que ser diferente no era malo y vivió muy feliz sin preocuparse nunca más por sus manchas.


¿ Quieres ayudar a Luna a que tenga unas manchas preciosas?

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