Petra
era una hermosa jirafa a la que le encantaba pasear y, como tenía un cuello tan
alto, no había nada que la hiciera más feliz que poder observar los muchos
paisajes de la selva en la que vivía.
Un día,
la altísima Petra llegó a un lugar de la selva en el que nunca había estado y,
cuando se disponía a observar los nuevos paisajes de esa zona, se dio cuenta de
que no veía bien, los paisajes a su alrededor estaban como borrosos.
La
pobre jirafa no sabía lo que sucedía, así que fue a visitar a un elefante muy
sabio para que le explicara. El elefante escuchó con atención la historia de
Petra y, a continuación, hizo unos dibujos en la arena y le pidió a Petra que
le dijera qué era cada dibujo desde lejos.
Ella lo
intentó, pero se dio cuenta de que no los veía bien, no lograba saber qué eran
todos los dibujos, y le preocupaba mucho, no quería ni pensar cómo iba a ser su
vida si nunca más podía observar esos paisajes que tanto le gustaban.
Pero el
sabio elefante encontró la solución, llamó a un mono carpintero de la selva y
le explicó que necesitaba unas gafas. El mono al momento se puso a trabajar,
pero Petra nunca había oído la palabra “gafas” y, por tanto, no sabía qué
significaba.
Le
preguntó al elefante y él le pidió que esperara un poco y, al rato, el mono les
mostró un extraño aparato hecho con madera y cristales de las botellas que los
hombres tiraban en la selva.
El
elefante se lo puso a Petra delante de los ojos, y entonces la jirafa lo vio
todo claro de nuevo, ¡al fin podía volver a ver! Y así fue como, gracias al
mono y el elefante, Petra pudo volver a ver y, además, gracias al reciclaje.
¿ Te gustaría colorear a Petra y dibujarle sus gafas?
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